lunes, 19 de mayo de 2014

Los santiagueños son personas inteligentes


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El diario El Liberal publicó en la sección Pura Vida una entrevista al conductor Roberto Pettinato. El periodista Emilio Jozami preguntó al músico y contestó: “Los santiagueños son personas inteligentes”. Pero, ¿cómo se ejerce esta inteligencia?

Según la Real Academia Española, inteligencia es “la capacidad de entender, tener habilidades, comprender, resolver problemas, conocimiento”. Sin embargo, la historia política de los santiagueños estuvo marcada por la dominación y un tope a la inteligencia.

Desde el autócrata Carlos Arturo Juárez, en Santiago del Estero, Argentina, hasta Gerardo Zamora, el poder estuvo concretado en lo político y económico. Se fijó un sistema de leyes para ejercer un monopolio en varios grupos y sectores.

El ejercicio del poder tapó a la inteligencia personal y colectiva. Hubo persecución, exilio, muerte y trampas electorales para sostener el dominio. Sin embargo, los santiagueños son incapaces de criticar al soberano. Hay miedo y es por varias razones. Tal vez sea acertado reconocer el estado de sometimiento exacerbado. 

Según el filósofo Michel Foucault, el poder es una “relación asimétrica” entre la autoridad y la obediencia. El poder ejerce dominio pero de manera invisible y existe una forma para salir de su radio de acción, ser resistente.

Los santiagueños no critican al poder de turno; pretenden, en la mayoría de los cosos, ser amigos del dominio estructural. La resistencia disminuyó con las décadas. Aunque hubo grandes pensadores que marcan una línea divisoria: Orestes Di Lullio; Bernardo Canal Feijóo, entre otros, y la célebre organización cultural La Brasa. 

Estimo que la dominación, sin menospreciar la inteligencia, no está en la genética de los santiagueños, sino en el proceso histórico, en las instituciones. Es allí donde se debe buscar una respuesta al ejercicio del poder sin resistencia.

Santiago del Estero tiene problemas estructurales, aunque hubo inversiones direccionadas en la última década, pero los problemas históricos de la pobreza, salud y empleo persisten.

En el 2000, el exsenador nacional José Luis Zavalía dijo que los “santiagueños están domesticados”. La primera gobernadora, Mercedes Aragonés de Juárez, contestó irónicamente: “A los animales se domestican”.

¿Cómo salir de la lógica de dominación? Ejerciendo la resistencia. Está práctica puede acarrear sangre, dolor, empobrecimiento, marginación y proscripción. No hay recetas.

Los medios de comunicación forman parte de la trama del poder, son colaboradores. Sin embargo, una posible solución sea reconstruir las instituciones; disminuir la desigualdad; posibilitar el acceso a los bienes culturales; más educación de calidad; generar empleo sustentable, una alianza entre la industria y el campo; democratizar los partidos políticos cristalizados y promover el liderazgo.

El futuro es incierto. El ejercicio del poder se las ingenia para sobrevivir, pero se debe sembrar una resistencia que promueva la igualdad.

Crédito: El Liberal

José Justel

Periodista santiagueño.

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